Las tropas serbias se están concentrando cerca de la frontera con Kosovo.

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EUROPA PRESS - BELGRADO El semifracaso de la conferencia de Rambouillet refuerza simultáneamente a los irreductibles serbios, que en vez de hacer concesiones preferían los bombardeos de la OTAN, y a los jefes militares rebeldes, partidarios de la independencia de Kosovo.

Varios altos responsables serbios criticaron abiertamente ayer la organización y el desarrollo de la conferencia de Rambouillet, calificándola de «farsa», y expresaron dudas sobre una reanudación de las negociaciones el 15 de marzo.

«La conferencia de Rambouillet no dio resultados porque comenzó al revés, al principio se construyó el techo y al final llegaron a los cimientos, que son los principios y los límites de una autonomía considerable» para Kosovo, declaró el viceprimer ministro serbio, Ratko Markovic.

«La solución de una autonomía considerable propuesta por los negociadores era una especie de compromiso espurio entre un Estado independiente, una componente federal o una entidad política bajo protectorado internacional», agregó el jefe de la delegación serbia. «Las conclusiones del Grupo de Contacto sobre la conferencia de paz permiten ocultar el fracaso de las negociaciones, así como el comportamiento de los albano-kosovares», afirmó, por su parte, el presidente serbio, Milan Milutinovic.

«Los asesores del presidente Slobodan Milosevic sostenían que la llegada de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) provocaría un debilitamiento del poder del jefe del Estado yugoslavo, mientras que eventuales ataques aéreos lo reforzarían», agrega VIP.