El Pentágono informó de que el ataque comenzó con el lanzamiento de
misiles de crucero de Estados Unidos desde los superbombarderos
B-52, que se dirigieron directamente contra baterías antiaéreas
serbias en Kosovo.
Los buques de guerra que Estados Unidos tiene en aguas del
Mediterráneo y del Adriático lanzaron también misiles «Tomahawk» y
el Pentágono informó igualmente de que, por primera vez, se han
utilizado en combate los bombarderos invisibles «B-2», capaces de
esquivar los radares enemigos.
Entre los objetivos a alcanzar, según el Pentágono están, además
de las baterías antiaéreas, los radares y los centros de
comunicaciones serbios dentro y fuera de la provincia de
Kosovo.
La operación militar que ha diseñado la Alianza Atlántica contra
la antigua Yugoslavia se desarrollará en tres fases, primero desde
la flota de la OTAN que está situada en el mar Adriático, y
seguidamente mediante la aviación. La flotilla de apoyo está
compuesta por un total de ocho barcos: dos destructores, uno
americano y otro griego y seis fragatas, entre las que se encuentra
la española «Numancia».
El objetivo de esta primera fase es despejar el espacio para
evitar que los aviones de la Alianza sean detectados y suprimir con
ello riesgos de ser alcanzados por fuerzas antiaéreas.
La segunda fase, para la que se encuentran preparados en bases
italianas cerca de medio millar de aviones, será más selectiva y
tendrá como objetivo atacar los centros neurálgicos de
comunicación, los centros de mando y núcleos de tropas y carros de
combate.
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