El presidente ruso, Boris Yeltsin, aseguró ayer estar
«profundamente indignado» por el ataque de la OTAN contra la
«soberana» República Federal de Yugoslavia (RFY), su tradicional
aliado, según anunció el Kremlin.
El ataque provocó asimismo que el presidente anunciara que,
desde ayer por la tarde, Rusia suspende su colaboración con la OTAN
y que revisará sus relaciones con el organismo por la que calificó
como «aventura militar» de la Alianza al atacar Yugoslavia en «un
acto de agresión contra un estado soberano».
Tras el primer ataque aéreo de la Alianza a posiciones serbias
en Yugoslavia, el servicio de prensa del Kremlin difundió un duro
comunicado condenatorio del presidente ruso.
«En caso de que se propague el conflicto, Rusia se reserva el
derecho de adoptar medidas adecuadas, en particular de carácter
militar, para garantizar su propia seguridad y la de toda Europa»,
dijo Yeltsin en el comunicado. «Rusia está profundamente indignada
por la acción militar de la OTAN», añadió la nota presidencial.
En opinión de Yeltsin, el ataque es «una aventura militar que
pone en peligro las vidas de personas pacíficas y puede hacer
estallar la situación en los Balcanes».
«Quienes pusieron en marcha esta aventura asumen toda la
responsabilidad, ante sus pueblos y ante la comunidad mundial, por
las gravísimas consecuencias que tendrá para la estabilidad
internacional», siguió la declaración presidencial.
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