El Consejo de Ministros italiano declaró ayer, viernes, el «estado
de emergencia» para afrontar la inminente avalancha de refugiados
que se calcula llegarán en los próximos días a Italia, tras los
bombardeos de la OTAN en los Balcanes.
El Gobierno ha dado así vía libre al plan que prevé la acogida
de 25.000 refugiados en Italia pero no ha nombrado todavía un
comisario extraordinario para coordinar estas medidas, como estaba
previsto en el programa.
Las autoridades italianas estiman que de 20.000 a 40.000
refugiados se preparan para cruzar el mar Adriático, tras los
bombardeos a la ex Yugoslavia.
Salvatore Distaso, presidente de Apulia "región sureña adonde
llegan la mayoría de los clandestinos provenientes de Albania" ha
manifestado su «perplejidad», tras conocer que no habrá un
comisario encargado de coordinar las medidas, y ha pedido ayuda a
otras regiones italianas para alojar a los refugiados que lleguen,
así como la colaboración de la Unión Europea.
«Debemos estar listos para afrontar un éxodo masivo, que si nos
atrapa desprevenidos puede tener consecuencias peligrosas e
incontrolables», aseguró Distaso.
En Belgrado, mientras tanto, conseguir suficiente pan era ayer
la principal preocupación de los ciudadanos, dado que las
panaderías del Estado agotaron su producción tras la visita de los
más madrugadores.
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