Rugova pide ya la independencia para Kosovo tras reunirse con el Papa.

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EFE - MADRID/WASHINGTON Nuevo y sorpresivo golpe de efecto de Belgrado al anunciar por medios oficiosos la retirada parcial de sus fuerzas en Kosovo. El ejército yugoslavo comenzó a las 22.00 horas de la noche del domingo la retirada parcial de Kosovo, según se anunció ayer en un comunicado militar distribuido por la agencia estatal yugoslava Tanjug, que, sin embargo, no indica el numero de efectivos que podrían haber iniciado el repliegue.

El citado comunicado asegura que las operaciones contra el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) «han concluido» y que las fuerzas (cifradas recientemente por el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, en 100.000 hombres) podrán ser «reducidas a los niveles de tiempos de paz, anteriores a la agresión» de la OTAN».

El anuncio oficioso fue acogido con «cautela» y «escepticismo» en las capitales occidentales y en la sede de la Alianza en Bruselas. El portavoz de la OTAN, Jamie Shea advirtió que la información de Tanjug debe de ser recibida con «prudencia» porque «es parte integral del Gobierno del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic», pero que, no obstante, la OTAN «está investigando la veracidad» de la misma.

En este sentido, el secretario general de la OTAN, Javier Solana, afirmó que «a las palabras han de seguir los hechos». El presidente de EE UU, Bill Clinton, declaró ayer que está «alentado» por el anuncio de Belgrado de una retirada parcial de tropas de Kosovo, pero pidió el cumplimiento total de las condiciones de la OTAN. «Cualquier pequeño progreso supone una mejora, tenemos que seguir insistiendo y seguir trabajando», dijo Clinton.

Rusia, único país que recibió sin reservas las informaciones de Belgrado, aplaudió a través de fuentes del ministerio de Asuntos Exteriores el anuncio del comienzo de la retirada parcial del Ejército yugoslavo de Kosovo por ser «un paso serio en la dirección correcta», al tiempo que expresó sus dudas de que la OTAN pare los bombardeos. Las dudas de Moscú fueron rápidamente despejadas por el portavoz de la OTAN, que dejó claro que los bombardeos aéreos aliados contra Yugoslavia continuarán hasta la plena satisfacción de las cinco condiciones impuestas a Milosevic.