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EFE/FRANCE PRESS Beirut vivió ayer una jornada llena de sobresaltos, prácticamente sin electricidad ni teléfonos, pendiente de nuevos bombardeos de la aviación israelí, que en la madrugada de ayer atacó las dos centrales más importantes que suministran energía a la ciudad, además de otros lugares del país.

La policía libanesa informó de que, sólo en Beirut, murieron ocho personas y otras 68 resultaron heridas a consecuencia del ataque mas devastador de los llevados a cabo por aviones israelíes desde los bombardeos de 1996, que causaron cerca de 200 muertos. El total de víctimas mortales por los ataques se elevó a una decena.

Durante la mañana de ayer , volvió a escucharse el vuelo rasante de los aviones y las detonaciones de la artillería del Ejército libanés, aunque no se produjeron nuevos bombardeos. La capital libanesa pasó la noche en vela, con sus residentes despiertos por el intimidatorio ruido de las explosiones originadas por los aparatos de Israel al romper la barrera del sonido, mientras la defensa antiaérea intentaba, sin éxito, derribarlos.

El Gobierno libanés, reunido en sesión de urgencia, acusó a los dirigentes de Israel de intentar torpedear el proceso de paz en Oriente Medio. El primer ministro, Selim Hoss, anunció que denunciará a ese país ante las Naciones Unidas por los ataques de ayer, jueves, que Israel dijo habían sido en respuesta al lanzamiento de cohetes «katiusha» sobre el norte de ese país desde posiciones de la guerrilla de Hizbulá (Partido de Dios) en el sur de Líbano.

El primer ministro israelí saliente, Banjamín Netanyahu, aseguró ayer que volverá a atacar Líbano si Hizbulá vuelve a disparar misiles contra el norte del país. A su vez, la milicia chií, a través de un comunicado del jeque Hasán Nasralá, amenazó con bombardear de nuevo el norte de Israel en caso de que la aviación de este país ataque una vez más objetivos civiles en el Líbano.

La orden de lanzar la operación fue dada por el Gobierno Netanyahu que, según la ley, sigue gobernando en Israel. Barak, que fue informado después, criticó las incursiones, según la radio israelí. Al ser informado de estos ataques, Barak se mostró descontento, afirmó la radio, citando a personas cercanas al nuevo primer ministro.