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Chile aseguró ayer que tiene en revisión «todas sus relaciones» con España como respuesta al «sorprendente» comportamiento del Gobierno de Madrid frente a la detención en Londres del ex dictador chileno Augusto Pinochet, que las autoridades de Santiago consideran ilegal. Las opciones que se estudian para aplicar medidas en las relaciones bilaterales «son múltiples», indicó el ministro chileno de Exteriores, Juan Gabriel Valdés, un día después de que su homólogo español, Abel Matutes, rechazara la propuesta de un arbitraje para resolver la legalidad de la detención de Pinochet.

Matutes reaccionó a estas declaraciones asegurando que «España seguirá esforzándose en mantener relaciones cordiales con Chile, aunque éstas «dependen ahora del Gobierno chileno». «Las buenas relaciones bilaterales son cosa de dos, y la relación depende ahora del Gobierno chileno», declaró el jefe de la diplomacia española, a la vez que destacó que «por encima de las buenas relaciones está el cumplimiento de la ley».

Por su parte, Valdés explicó que Chile no intenta interrumpir el proceso judicial español contra el general, sino determinar si las querellas se tramitan en el país de los delitos imputados o en un tribunal extranjero, lo que a su juicio atentaría contra la soberanía nacional. En este momento, añadió el ministro chileno, ningún aspecto está excluido del análisis crítico de las relaciones, respondiendo a una pregunta sobre las posibles consecuencias económicas del caso.