Un helicóptero ruso «MI-26» se estrelló ayer en Daguestán tras bombardear Grozni.

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BERNARDO SUÀREZ - MOSCÚ Por quinto día consecutivo, bombarderos «SU-24» y aviones de ataque al suelo «SU-25» lanzaron ayer su mortífera carga sobre Grozni, en el ataque más virulento desde que comenzó la campaña aérea contra la capital de Chechenia. Según fuentes oficiales chechenas los ataque de ayer causaron cincuenta muertos. Por primera vez, la aviación rusa castigó simultáneamente cuatro distritos de Grozni -Oktiabrski, Leninski, Zavodskói y Staropromyslovski- y bombardeó las refinerías de petróleo Anísimov y Sherípov, que fueron las más grandes de la URSS.

También ayer fue atacada desde el aire la ciudad de Guedermes, la segunda en importancia de la república, donde fue destruida una fábrica de ladrillos.
El Consejo de Seguridad Nacional de Chechenia, convocado de urgencia por el presidente Aslán Masjadov, decretó ayer la movilización general de la población para hacer frente a lo que calificó de nueva agresión rusa. La medida de excepción fue adoptada debido a los ataques aéreos rusos contra el territorio de Chechenia y las amenazas de Moscú de «invadir» la república rebelde.

El viceprimer ministro chechén, Kazbek Majashev, afirmó que desde principios de septiembre, cuando la aviación rusa comenzó a bombardear el territorio de Chechenia, los ataques aéreos han causado al menos 420 muertos y más de un millar de heridos.

El Kremlin afirmó ayer que continuará de forma implacable los bombardeos sobre la independentista Chechenia y se negó a celebrar las negociaciones de paz que Grozni ha pedido para «evitar una nueva guerra». El ministro ruso de Defensa, mariscal Igor Serguéyev, afirmó que «los ataques aéreos continuarán hasta que sea liquidado el último bandido», en alusión a las guerrillas chechenas, a las que Moscú acusa de la reciente oleada terrorista que ha azotado el país.

Masjádov, mientras, reiteró ayer su voluntad de diálogo y su disposición a «normalizar» las relaciones «económicas, políticas y hasta militares» con Moscú. La oferta del presidente chechén fue rechazada por el jefe del Gobierno ruso, Vladímir Putin. Moscú reconoce a Masjádov, elegido presidente a principios de 1997, como el único interlocutor válido y legítimo en Grozni, pero lo acusa de no poner coto a la delincuencia en Chechenia ni controlar a los «señores de la guerra» que le disputan la autoridad en la república.