La India concluyó el largo proceso de las elecciones generales que
comenzaron el 5 de septiembre, con la celebración ayer de la quinta
y última fase de los comicios, salpicados por incidentes de
violencia en los que perdieron la vida a un centenar de muetos. El
jefe de la Comisión Electoral que elevó a un 56% el índice de
participación entre los 130 millones de votantes que pudieron
elegir ayer representantes a 118 escaños en diez estados, confirmó
la muerte de 18 personas.
Grupos insurgentes que luchan por la secesión o mayor autonomía
de regiones en el extremo nororiental del país y que boicotearon
los comicios, dieron muerte a 28 personas 14 de ellos policías, en
diversos ataques contra las fuerzas de seguridad y dos más
perdieron la vida en otros lugares. En Manipur, estado del extremo
nororiental del país en la frontera con Myanmar (antigua Birmania),
donde tendrán lugar hoy, las elecciones a un escaño, insurgentes
del grupo clandestino Frente Unido de Liberación Nacional dieron
muerte a 16 personas.
Apenas abrieron los colegios electorales en Tripura, estado
situado también en el extremo nororiental del país, militantes del
Frente de Liberación Nacional de Tripura, dispararon contra un
vehículo de las fuerzas de seguridad y dieron muerte a siete
personas, entre las que se incluyen cuatro policías.
El primer ministro en funciones, Atal Bihari Vajpayee, líder del
nacionalista hindú Partido del Pueblo se presentó por el escaño de
Lucknow y la presidenta del Partido del Congreso, Sonia Gandhi, de
origen italiano y viuda del ex primer ministro Rajiv Gandhi, por el
de Amethi. Según los sondeos, ambos ganaron en su
circunscripción.
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