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JOSÉ MANUEL SANZ - BRUSELAS «Continuo mi misión», afirmó Javier Solana en su última rueda de prensa en la sede de la Alianza, en la que hizo balance de su mandato y agradeció a los gobiernos aliados su apoyo durante este «período maravilloso» para la organización defensiva occidental. Previamente, el secretario general se había despedido de los diecinueve miembros del Consejo Atlántico, el máximo órgano político de la OTAN.

Su embajador decano, el británico John Goulden, afirmó ante el Consejo que el mandato de Solana «pasará a los anales del siglo XX», según relataron asistentes a la reunión. «Cuando llegaste», aseguró Goulden, «teníamos serios problemas en Bosnia, era anatema la relación con Rusia, nuestra estructura de mandos se había quedado vieja, y no sabíamos cómo abordar la apertura al Este».

Ahora, 46 meses después, «mantenemos decenas de miles de soldados en los Balcanes, tratamos a Rusia como socio, la estructura militar se ha modernizado (con España como miembro pleno) y tres nuevos aliados del Este se sientan a la mesa», prosiguió el embajador. Ante la prensa, Solana rindió homenaje al «esfuerzo colectivo» de los gobiernos aliados, que ha permitido en estos cuatro años llevar a cabo, dijo, «la adaptación de la OTAN a un nuevo paisaje de seguridad». Dicha adaptación aún no ha concluido y Solana deseó «mucha suerte» y «si es posible, períodos más tranquilos» a su sucesor en la secretaría general, el ministro británico de Defensa, George Robertson.

Solana recordó varios momentos decisivos de su mandato, como la visita el pasado mayo a los campos de refugiados kosovares en Macedonia y Albania, o el izado de las banderas en el cuartel general de Bruselas de los tres nuevos miembros: la República Checa, Polonia y Hungría. Solana dijo que «Kosovo tiene que ser multiétnico, ése es uno de los objetivos más importantes de la comunidad mundial», y anunció que «pronto negociaremos con Rusia sobre la reducción de la presencia militar» en la provincia yugoslava. Preguntado sobre su sentimiento por las críticas procedentes del movimiento pacifista, al que estuvo muy próximo durante su juventud, el secretario general se limitó a constatar «lo mucho que ha cambiado el mundo». Hace unas décadas, vino a decir, las críticas por la campaña aérea de Kosovo habrían sido mucho más numerosas. «Vamos hacia un mundo mejor» en el que «muchos ven a la OTAN como un polo de atracción», comentó.

A diez días de convertirse en el primer alto representante para la política exterior y de seguridad de la UE, el llamado «señor PESC», Solana no quiso dar pistas sobre cuál será su aportación. Insistió en que la experiencia adquirida en la OTAN será «de enorme importancia» para su futuro y confirmó que la UE y la Alianza van a inaugurar una era de relaciones institucionalizadas y reforzadas.