Las tropas federales rusas bombardearon ayer Grozni sin pausa y sin
piedad para «aniquilar» a los rebeldes atrincherados en la capital
de la separatista Chechenia para «liberarla» sin necesidad de un
asalto por tierra. Aterradoras descargas aéreas, de piezas de
artillería y con misiles múltiples «Grad» redujeron prácticamente a
cenizas lo poco que quedaba en pie de la ciudad, según testigos
presenciales. Después de 36 horas de fuego a discreción en el
comienzo de la «tercera fase» de la guerra, el centro de Grozni
quedó asolado, en llamas y con cráteres de hasta diez metros de
diámetro.
La descarnada intensificación de los bombardeos ha provocado la
muerte de unas 260 personas en la capital chechena en las últimas
36 horas, según afirmó ayer el alcalde de Grozni, Lesha Dudaiev.
Además, los ataques han tenido lugar a pocas horas del inicio de
las primeras misiones diplomáticas de dos organismos europeos desde
que comenzó la guerra. Àlvaro Gil-Robles, Comisario de Derechos
Humanos del Consejo de Europa, llegará hoy a Moscú para «discutir
ciertos aspectos» de la situación en Chechenia y visitar a los
refugiados en la vecina Ingushetia y en los «territorios
liberados».
Imágenes transmitidas por la televisión rusa dieron la medida de
la ferocidad del fuego ininterrumpido. Las llamas y el humo
provocados por los bombardeos más duros en tres meses de guerra
devoraron todo vestigio de vida entre los escombros en algunos
barrios periféricos de Grozni. Al menos cinco divisiones de
artillería y decenas de aviones descargaron sin descanso toneladas
de bombas y misiles sobre la ciudad, informó un corresponsal de la
cadena NTV.
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