El Ejército ruso bombardeó ayer sin compasión las más importantes
ciudades chechenas en poder de los rebeldes y causó la muerte de al
menos 400 ancianos, mujeres y niños, según diversas fuentes.
Tras el casi total aniquilamiento de Grozni, el intenso fuego
aéreo, de artillería pesada y misiles se concentró en las últimas
horas sobre Urus-Martán, que también quedó envuelta en llamas.
Fuentes federales y rebeldes coincidieron en que la ofensiva es
la más cruenta en tres meses de guerra, pero mientras el mando ruso
no informó de bajas, portavoces chechenos denunciaron la muerte
indiscriminada de civiles.
Otros medios extraoficiales rusos afirmaron que las oleadas de
bombardeos masivos cada 6-8 horas estaba logrando el objetivo de
desalojar las ciudades para su posterior asalto por tierra sin
necesidad de combates cuerpo a cuerpo.
Pero las tropas de infantería acorazada que avanzaron sobre
Urus-Martán por la carretera Rostov-Bakú fueron rechazadas tras
«cruentos combates» con guerrilleros, dijo un comunicado
rebelde.
El estado mayor operativo chechén confirmó que el centro de
Urus-Martán «ha quedado reducido a cenizas». Dos escuelas, un
mercado y las instalaciones de un «koljós» o granja colectiva se
desplomaron bajo el fuego ruso, mientras «en la ciudad y en los
caminos entre Grozni y Urus-Martán hay muchos incendios», según
fuentes chechenas.
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