Ambos bandos, el checheno y el ruso, divulgaron partes bélicos que
coincidieron en los sangrientos choques y bombardeos y discreparon
en sus efectos. Una lluvia de misiles y bombas cayó sobre
posiciones rebeldes en Grozni y en las aldeas montañosas de
Duba-Yurt, Itum-Kalé, Chishki, Jarachoi, Shalazhi, Oriéjovo, Maliye
Varandi, informó el cuartel general de las tropas federales.
Fuentes del servicio de prensa de las Tropas Unificadas en
Mozdok, Osetia del Norte, dieron cuenta de que en las últimas 24
horas la aviación efectuó cien misiones de combate con «golpes
masivos sobre Grozni y poblaciones montañosas del sur». Hasta 42
puestos defensivos, bases, campamentos, arsenales de armas y
centros de comunicaciones fueron destruidos por los bombardeos, que
causaron la muerte de 200 guerrilleros islámicos, víctimas también
en los choques con unidades federales, añadió el cuartel general
ruso.
Otro informe distribuido por Itar-Tass con las mismas fuentes
elevó a 300 los extremistas muertos sólo en la localidad de
Serzhen-Yurt, en las estribaciones de la cordillera del Cáucaso.
Pero la inteligencia militar captó conversaciones por radio entre
los extremistas en las que sólo hablaban de diez muertos y 70
heridos en los últimos días, según un informe oficioso.
El mando ruso denunció el uso de «agentes tóxicos» por los
defensores de la capital separatista y que una «nube verde» se
extendió por el aire, pero no informó de daños. Durante los últimos
cinco días estallaron en un suburbio de Grozni un depósito de cloro
y otro de amoníaco por el impacto de bombas rusas o de granadas
rebeldes, pero no causaron heridos.
Otro parte rebelde dijo que son los rusos los que han lanzado
«varios ataques químicos» en los barrios de Staropromoslovski y
Jankalá de Grozni. Isá Munáyev, uno de los comandantes de la
guerrilla, negó la versión oficial rusa de ayer sábado sobre la
muerte de siete jefes rebeldes, entre ellos Arbi Baráyev.
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