El goteo de nuevas informaciones acerca de la financiación ilícita
de la CDU se aceleró ante la primera sesión efectiva de la comisión
parlamentaria que investiga el caso, que se celebra hoy, y sin
apenas dar tiempo al partido para reaccionar a la retirada de Kohl
como presidente honorario. En los libros de contabilidad de la CDU
(Unión Cristianodemócrata) del período entre 1989 y 1993 se han
detectado entre ocho y diez millones de marcos (unos 700 millones
de pesetas) de los que no consta la procedencia.
Asimismo, el jefe de la CDU de Hesse y primer ministro de dicho
estado, Roland Koch, reconoció también ayer que anualmente se
transfirieron a esa delegación regional centenares de miles de
marcos procedentes de cuentas secretas en Suiza. La responsabilidad
del caso ha sido asumida por el ex-ministro de Interior alemán y
ex-jefe del partido en Hesse, Manfred Kanther, quien asegura que
los únicos que conocían este proceder eran el antiguo tesorero de
la CDU en ese estado y el asesor fiscal del partido. Sin embargo,
las consecuencias de este «apéndice regional» del escándalo pueden
alcanzar a todo el partido.
Según aseguraba en su edición de ayer el diario «B.Z.», el jefe
de la CDU, Wolfgang Schaeuble, advirtió a su grupo parlamentario de
la posibilidad de que auditoría que investiga las cuentas del
partido concluya que hubo lavado de dinero. El informe de la
auditoría, que será presentado el domingo a la cúpula de la CDU, no
se ha limitado al periodo entre 1993 y 1998, en que Kohl admitió
haber recibido hasta dos millones de marcos de donantes secretos,
sino que investiga las cuentas desde 1989. Schaeuble hizo esa
advertencia a los diputados del partido tras la dramática reunión
extraordinaria del martes, en que la cúpula del partido pidió a
Kohl que dejara en suspenso su cargo de presidente honorario hasta
que revelase la identidad de sus donantes anónimos.
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