El fiscal general de Israel, Eliakim Rubinstein, ordenó ayer una
investigación policial sobre la financiación de la campaña
electoral del primer ministro, Ehud Barak, y de su coalición «Un
Israel».
La investigación fue lanzada tras hacerse público el informe
llevado a cabo por el juez-auditor del Estado, Eliezer Goldberg, en
el que se acusa a «Un Israel» de «graves violaciones» de la Ley de
financiación de los partidos políticos.
El informe, de 62 páginas, detecta irregularidades financieras
en las campañas de 19 de las 31 formaciones políticas que
concurrieron a las elecciones de mayo de 1999. Las principales
irregularidades se centran en la actuación de organizaciones de
carácter no lucrativo que desviaron ilegalmente fondos a los
partidos y superaron el tope máximo permitido por la legislación
israelí.
Pese a ser varios, los partidos políticos señalados en el
informe, la peor parte se la lleva la coalición «Un Israel» y el
propio primer ministro Barak.
Ehud Barak ha intentado contrarrestar el efecto del informe
afirmando que «no sabía demasiado sobre las organizaciones no
lucrativas, ni me impliqué en la captación de fondos». El primer
ministro ha añadido que «estaba ocupado y agobiado» con su campaña
electoral y fueron otras personas las encargadas del asunto de esas
organizaciones. Pero en su informe, presentado ayer ante el
Parlamento, el juez-auditor del Estado ha asegurado que «Barak no
puede decir que no sabía lo que pasaba». «Debería saberlo, ya que
era el jefe de la campaña electoral», añadió Eliezer Goldberg.
En su informe, Goldberg impone una multa de 13'7 millones de
shekels (cerca de 500 millones de pesetas) a la coalición «Un
Israel», de la que el Partido Laborista es la columna
vertebral.
El juez-auditor ha impuesto igualmente multas a otros partidos
políticos, incluido el principal partido de la oposición, el
derechista Likud.
Se abre ahora un periodo de espera hasta que la investigación
ordenada por el fiscal general determine si existen
responsabilidades penales. La investigación abarcará a todos los
partidos que han cometido irregularidades.
El fiscal general ha puntualizado que esa investigación, de
momento, no se centra en la actuación de Barak, sino de las
formaciones políticas como tal.
Algunas fuentes próximas al caso señalan que es improbable que el
primer ministro acabe procesado o acusado de algún delito. En todo
caso, las responsabilidades penales podrían recaer en personas de
su entorno, encargadas de la captación de fondos.
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