TW
0
FRANCE PRESS - EFE El nuevo acceso de debilidad del euro refuerza las posibilidades de una rápida alza de las tasas de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), lo que podría ocurrir en su próxima reunión del 3 de febrero, estimaron los analistas ayer. Mientras que las dificultades del euro desde hace un año habían dejado de piedra al BCE, acusado de «despreocupación benigna» hacia la joven moneda, devaluada en un 16% con respecto al dólar desde hace un año, esta vez los economistas no descartan una reacción que podría ser el alza de las tasas de interés.

Un endurecimiento de las condiciones de crédito se justificaría sobre todo por el fuerte crecimiento en Europa, la aceleración de la inflación debida al alza de los precios del petróleo calculados en dólares, y el alza de las tasas prevista del otro lado del Atlántico. El BCE no descuida las tasas de cambio, se apresuró a proclamar el viernes en Davos el presidente de la Bundesbank, Ernst Welteke. El gobernador del Banco nacional de Bélgica, Guy Quaden, evocó la posibilidad de una intervención del BCE para sostener el euro. Los directivos de las finanzas europeas y especialmente el presidente del Bundesbank, Ernst Welteke, se esforzaron ayer en advertir contra la «dramatización» de la depreciación del euro. Los buenos datos sobre el crecimiento de la economía estadounidense conocidos ayer por la tarde, por encima de lo esperado, acentuaron todavía más la debilidad de la moneda única.

El responsable del banco central alemán insistía en que la caída del euro por debajo de la paridad es una «cuestión de confianza» y un «problema psicológico» y no se mostraba preocupado por un incremento de la inflación en la eurozona a causa de la depreciación de su moneda.

Mientras, la economía de EE UU siguió desplegando en el último trimestre de 1999 un extraordinario ritmo anual de crecimiento del 5'8 por ciento, con el que ha vuelto a sorprender y a subrayar su fortaleza y la prosperidad de los estadounidenses. Los resultados del desarrollo económico de EE UU se difundiera un día después de que el presidente Bill Clinton pronunciase su discurso sobre el «Estado de la Nación», en el que destacó que la economía de este país es «más fuerte que nunca».