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JUAN BARRENA - VIENA Schüssel, que aspira a suceder al socialdemócrata (SPOE) Viktor Klima en la cancillería federal, salió ayer en defensa de su futuro aliado político y exigió a los socios de la UE que «emitan juicios y no prejuicios» y esperen a conocer el programa de Gobierno y la composición del gabinete para expresar sus opiniones. El aparente ganador del póquer por el poder en Austria, después de que su partido fuese superado en votos por el de Haider en los comicios de octubre.

Tras romper su alianza de 13 años con el SPOE, anunció que hará frente con «serenidad», pero también con «firmeza», a las críticas contra la futura coalición y garantizó que el OEVP velará para que este país siga su curso pro-europeo. Ante las amenazas emitidas por algunos socios de la UE, que condenan la alianza de los dos partidos conservadores de la república alpina, Schüssel aseguró que no permitirá que Austria sea equiparada con «dictaduras semi-autoritarias».

Añadió que algunos críticos piensan equivocadamente que Haider se va a convertir en el canciller de Austria, lo que calificó de incierto, ya que, reiteró, ese puesto desea cubrirlo él mismo, mientras el líder populista ha anunciado ya que no formará parte del nuevo gabinete y se mantendrá como gobernador del estado federado de Carintia. Por su parte, el presidente Federal austríaco, Thomas Klestil, comunicó que tiene intención de amonestar personalmente hoy a Haider por sus críticas declaraciones contra el presidente francés, Jacques Chirac, y el Gobierno de Bélgica, a los que acusaba de corrupción.