Ricardo Lagos asumirá la Presidencia de Chile este sábado, siendo el primer socialista en ocupar el Palacio de la Moneda desde Salvador Allende.

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SANTIAGO DE CHILE - AGENCIAS «El no va a asistir», declaró ayer su hija Jacqueline Pinochet, en relación con la posible presencia del dictador en los actos protocolarios en los que el aún presidente Eduardo Frei entregará el mando a su sucesor, el líder socialista Ricardo Lagos.

No obstante, y a pesar de asegurar que su padre no «tiene aspiraciones políticas», la hija de Pinochet aclaró que éste no renunciará a su cargo de senador vitalicio, que ocupa de acuerdo con las leyes que dictó antes de entregar el poder que ejerció durante 17 años y que le permite gozar de la inmunidad parlamentaria, lo que, de momento, le exime de comparecer ante la justicia por las 61 demandas presentadas contra él en Chile por crímenes atribuidos a su dictadura.

Las tensiones que estallaron entre seguidores y partidarios de Pinochet, cuando fue detenido en Londres el 16 de octubre de 1998, resurgieron el pasado viernes a su regreso, después que el Gobierno británico lo liberase alegando razones humanitarias, concretamente por problemas de salud. Precisamente por eso, la imagen de Pinochet, sonriente y dejando atrás su silla de ruedas en el aeropuerto donde lo esperaba una recepción militar, causó malestar en los círculos gubernamentales, mientras la izquierda se refirió a ello calificándolo sencillamente como «una burla».

El ministro chileno de Asuntos Exteriores, Juan Gabriel Valdés, declaró ayer que el general debe estar dispuesto a afrontar un juicio o a declararse enfermo mental. En una entrevista con la BBC emitida, el ministro añadió que el senador podrá elegir entre permanecer en la vida pública y arriesgarse a ser demandado o declararse incapaz para afrontar un juicio y retirarse.

Por otra parte, el presidente electo de Chile, Ricardo Lagos, dijo en una entrevista publicada el fin de semana en Brasil que nunca perdonará a Pinochet por los crímenes cometidos durante su régimen. «No perdonaré a Pinochet por lo que hizo», afirmó Lagos, quien dentro de una semana se convertirá en el primer socialista después de Allende que llega a la presidencia. En entrevista con el semanario «Veja», Lagos se comprometió a garantizar que la justicia chilena tenga libertad para investigar a Pinochet. Las encuestas indican que la mayoría de los chilenos considera que Pinochet debe ser juzgado en Chile, aunque no creen que ello vaya a ocurrir.