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JAVIER GARCÍA - FRÀNCFORT El Deutsche y el Dresdner Bank han lanzado el disparo de salida en el estático paisaje financiero alemán mediante una fusión que les convierte en la primera entidad europea por capitalización bursátil y en el líder de la banca mundial por volumen de activos, lo que, de rebote, ha puesto firmes a sus rivales en el mundo.

Tras la profusión de fusiones bancarias en otros países europeos como el Reino Unido, Francia o España, los banqueros alemanes se quejaban desde hacía tiempo de la escasa capitalización de sus entidades para hacer frente a la competencia y proseguir su expansión internacional. Según explicaron ayer los presidentes de ambas entidades financieras, el principal objetivo de la alianza será consolidar su posición de liderazgo en el mercado alemán para, a partir de ahí, poder competir en buenas condiciones en el concierto mundial. «No hay en la historia ningún banco que haya triunfado internacionalmente sin antes haber liderado el mercado nacional», proclamó ayer el presidente del Deutsche Bank, Rolf Breuer, al tiempo que anunció que la nueva entidad se concentrará en los sectores que proporcionan mayor rentabilidad y abandonará la banca al por menor.

«Debíamos actuar antes de dejarnos llevar por los acontecimientos», reconoció Breuer, en referencia implícita a las negociaciones paralelas de fusión que el Dresdner mantenía desde hacía meses con el segundo banco germano, el HypoVereinsbank.

El presidente del Dresdner, Bernhard Walter, que dirigirá junto a Breuer el nuevo «Deutsche Bank» (con las letras de color verde características del primero), pronosticaba ayer que la «fusión será el principio de muchas otras en Alemania, aunque cada vez serán menos los candidatos». La nueva entidad se concentrará en el negocio de grandes clientes privados y empresariales, el sector inmobiliario, banca de inversión, gestión de patrimonios, tecnología y servicios globales.