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JOSÉ A. DELGADO - WASHINGTON «Ya no estoy activo como aspirante a la candidatura presidencial republicana», sostuvo McCain, al reconocer que Bush, gobernador de Texas, tiene asegurada la mayoría de los delegados que decidirán el candidato de su partido a la Casa Blanca. McCain regresará en los próximos días al Senado de Estados Unidos, pero prometió a sus seguidores mantener la presión para que el Partido Republicano se comprometa a las reformas que fueron el centro de su campaña presidencial.

Sus asesores han indicado que McCain retendrá sus delegados -que en este momento suman 231 pero que pueden aumentar a lo largo de las próximas primariascon el objetivo de insistir en que su partido adopte su propuesta de reforma del sistema de financiación electoral. Bush tiene 617 delegados de los 1.034 que necesita para sellar su candidatura.

En su residencia de Arizona, McCain felicitó «al gobernador Bush», dijo que «puede ser el próximo presidente de EE UU», le deseo suerte, pero sin darle su apoyo, y a diferencia de lo que hizo en aquellos buenos momentos de su campaña, rehusó contestar preguntas. McCain resaltó que su candidatura atrajo a millones de personas deseosas de reformar el sistema político de EE UU, muchos de ellos independientes y demócratas, pero advirtió de que su casa seguirá siendo el Partido Republicano.

Mientras McCain suspendía su campaña, Bush se dedicaba a movilizar electores en Colorado, uno de los tres estados, junto a Utah y Wyoming, en los que hoy los republicanos tendrán eventos electorales como parte de las primarias presidenciales. Bush felicitó a McCain por darle una «buena batalla» y, en un intento por comenzar a ganarse a los votantes independientes, se comprometió a evitar que las corporaciones y los sindicatos puedan aportar fondos ilimitados a las campañas electorales. Una hora antes de que McCain hiciera oficial la suspensión de su campaña presidencial, el ex senador demócrata Bill Bradley retiró su aspiración a ser el candidato demócrata a la Casa Blanca y expresó su apoyo al vicepresidente Gore. Bradley, sin embargo, tampoco entregará sus delegados (412 en este momento, frente a 1.424 de Gore), pues quiere también que sus propuestas sean debatidas en la convención presidencial demócrata del próximo agosto en Los Angeles.