La crisis de los cascos azules retenidos por los rebeldes en Sierra
Leona sufrió ayer un primer cambio positivo, con la liberación de
139 miembros de la ONU, que llegaron ayer a la vecina Liberia, cuyo
presidente, Charles Taylor, ha iniciado labores de mediación.
«Quince miembros de la ONU se encuentran en Monrovia (la capital
liberiana) y 124 en Foya», zona fronteriza entre Liberia y Sierra
Leona, declaró en Freetown el portavoz de la misión de Naciones
Unidas en Sierra Leona (MINUSIL), David Wimhurst, quien aseguró que
la liberación se realizó de manera «incondicional».
Este primer paso se produjo tras una visita a Monrovia, del
representante especial de la ONU para Sierra Leona, Oluyemi
Adeniji, para reunirse con el presidente Taylor, considerado como
una personalidad cercana al RUF. El presidente liberiano recibió
previamente una petición de la Comunidad Económica de los Estados
del Oeste de Africa (CEDEAO) para intentar negociar la liberación
de los cerca de 500 cascos azules retenidos por el RUF. Taylor
presentó a Adeniji «un plan (...) para hacer salir a nuestro
personal a Liberia», precisó David Wimhurst. Según el portavoz, 347
cascos azules permanecen aún retenidos tras estas primeras
liberaciones, pertenecientes, en su mayoría, al contingentes
zambiano de la MINUSIL.
Wimhurst indicó que no sabe en que estado físico se encuentran
los cascos azules liberados, ni sus nacionalidades. Precisó que
representantes de la ONU se trasladaron ayer a Monrovia y Foya para
organizar el regreso del personal liberado a Sierra Leona. «Estamos
muy satisfechos por este avance, que es muy positivo y demuestra
que la crisis que afecta a nuestro personal empieza a remitir.
Esperamos que todos sean liberados lo más rápido posible», declaró
Wimhurst. Destacó que el RUF no ha realizado ninguna promesa sobre
la liberación de los cascos azules que permanecen retenidos.
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