Las manifestaciones celebradas ayer, lunes, durante cuatro horas en
Irlanda del Norte para protestar por el desvío de un desfile de la
Orden de Orange en Portadown el domingo, se saldaron con incidentes
en amplias áreas de la provincia.
En la propia Portadown, en el sureste del Ulster, la Policía
norirlandesa y el Ejército británico cargaron contra los
manifestantes que intentaban bloquear una carretera en las afueras
de la ciudad. Las fuerzas de seguridad, que utilizaron porras,
dividieron a los manifestantes en dos grupos, a los que obligaron a
desplazarse cercanías de los barrios de Corcrain y en el de
Edgarstown, alejados del centro de la ciudad. Los manifestantes
respondieron arrojando piedras y otros objetos contundentes a los
policías y soldados, mientras un grupo prendía fuego a un automóvil
sobre las vías de tren cercanas a Corcrain.
En toda Irlanda del Norte se bloquearon cerca de 125 calles y
carreteras principales, mientras la policía denunciaba episodios de
robos de automóviles para incendiarlos y la interrupción de
servicios de autobuses y trenes en distintas localidades. Las
principales ciudades de la provincia aparecían desiertas esta tarde
ante el temor a incidentes y el bloqueo de las calles. Los
manifestantes protestantes bloquearon las áreas de Ormeau Road,
Crumlin y Ligoniel. En la «línea de la paz» que separa el barrio
nacionalista de Falls con el unionista de Shankill Road, los
concentrados arrojaron piedras contra una contra-manifestación
católica en la que participaban unas doscientas personas. En la
localidad de Lurgan, cerca de 300 manifestantes se enfrentaron a la
policía.
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