El Kremlin pasó a la ofensiva para restañar la imagen del
presidente ruso, Vladímir Putin, seriamente dañada por su falta de
presencia tras el naufragio del submarino nuclear «Kursk» que costó
la vida a sus 118 tripulantes. Putin decretó el jueves un aumento
del 20 por ciento en los salarios de militares, policías y
funcionarios del Poder Judicial, y dio instrucciones para aumentar
la partida de gastos de Defensa en el proyecto de presupuesto para
el próximo año.
El presidente ruso se reunió ayer con el ministro para
Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigu, quien analizó la
creación de «centros de rescate en las flotas del Norte, del mar
Negro y del océano Pacífico», según comunicó la agencia oficial
ITAR-TASS. Por otra parte las familias de los marinos del «Kursk»
recibieron ayer una primera ayuda material de manos de las
autoridades rusas. La viceministra de Protección Social, Valentina
Matvienko, se dirigió ayer a la localidad militar de Vidiáyevo,
donde entregó a cada familia una libreta de ahorro con un montante
de 720.000 rublos (4'8 millones de pesetas).
Las familias de los 118 desaparecidos, que se reunieron en
Vidiáyevo, comenzaron a regresar a sus casas sin los cuerpos de sus
hijos y maridos, que permanecen atrapados entre los restos del
submarino naufragado a 108 metros, pero con las primeras ayudas
económicas del Gobierno ruso. Por su parte, la madre de un joven
marino, Nadezhda Tílik, a la que el pasado 18 de agosto se le
aplicó una inyección durante una agitada reunión entre los
familiares de los desaparecidos y el viceprimer ministro ruso, Iliá
Klebánov, explicó ayer que la inyección se trataba de un
«medicamento para el corazón» administrado por un médico a petición
de su esposo.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.