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EFE - SANTIAGO Un atentado incendiario contra la sede de la fiscalía pública que es parte querellante en el proceso contra Augusto Pinochet tensó ayer la audiencia en la que el ex dictador chileno se juega su futuro judicial. Cinco individuos encapuchados, según confirmaron fuentes policiales y testigos, lanzaron varios «cócteles Molotov» contra la sede del Consejo de Defensa del Estado (CDE), que es parte acusadora en el caso de la «Caravana de la Muerte», por el que Pinochet fue procesado el pasado día 1.

El atentado causó daños ínfimos, pero tensó de nuevo el ambiente que rodea el caso, tras la distensión que produjo el miércoles el anuncio del presidente Ricardo Lagos, de citar al Consejo Nacional de Seguridad para analizar el caso, en respuesta a una petición de las Fuerzas Armadas. Lagos reiteró ayer que la convocatoria del Consejo, que se concretará sólo al finalizar definitivamente la tramitación del recurso de amparo presentado por la defensa de Pinochet contra el auto de procesamiento, no constituye una presión sobre los tribunales de justicia.

El ataque contra la sede de la Fiscalía, en pleno centro de Santiago, se produjo un día después que el juez que procesó a Pinochet, Juan Guzmán, fue castigado por la Corte Suprema con una censura por escrito a raíz de una carta de solidaridad que envió la semana pasada a Clara Szczaranski, presidenta de este organismo. La funcionaria ha sido objeto de una campaña de desprestigio, basada en supuestas actuaciones irregulares, por parte de la oposición derechista, que ha pedido su remoción. En ese ambiente comenzó ayer en la Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago la vista del recurso con que la defensa de Pinochet espera anular su procesamiento.