El líder palestino, Yaser Arafat, se encuentra ante el grave dilema
de aceptar o no el plan de paz con Israel presentado por el
presidente de EE UU, Bill Clinton, que implica la renuncia al
derecho al retorno de los refugiados palestinos de 1948. Estados
Unidos e Israel presionan para que Arafat acepte el «plan Clinton».
En este sentido, el primer ministro Hebreo, Ehud Barak, anunció
ayer que aceptaba el plan si el líder palestino lo firmaba.
Clinton ha dado a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y a
Israel de plazo hasta hoy para que den una respuesta a la propuesta
de compromiso que les presentó el fin de semana, y ha advertido que
no aceptará cambios de fondo sino únicamente ligeras
modificaciones.
El plan establece que los palestinos tendrán la soberanía sobre
la Explanada de las Mezquitas de la ciudad vieja de Jerusalén
-excepto el subsuelo que seguirá bajo soberanía israelí- a cambio
de renunciar a cualquier demanda para la aplicación práctica del
derecho al retorno de los casi cuatro millones de palestinos que
abandonaron o fueron expulsados de sus hogares al crearse el Estado
de Israel en 1948.
Según el documento estadounidense, los refugiados tendrán
derecho a regresar al futuro Estado palestino, pero no a Israel,
aunque éste país absorberá varias decenas de miles de ellos en
virtud del principio de reunificación familiar y otras
consideraciones humanitarias. Otro de los puntos del plan ofrece a
los palestinos el 95 por ciento de Cisjordania, de donde serían
evacuados alrededor del 20 por ciento de los colonos judíos.
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