El ex dictador chileno Augusto Pinochet descansó ayer en su casa de
campo, ubicada a 100 kilómetros al oeste de la capital, después de
haber sido dado de alta del Hospital Militar de Santiago donde fue
internado el sábado, aquejado de un infarto cerebral menor.
El anciano militar de 85 años salió del recinto asistencial en
un helicóptero Puma del Ejército, en medio de un impresionante
despliegue de seguridad. Augusto Pinochet abandonó el centro médico
visiblemente sonriente y sentado en una silla de ruedas. Pinochet
comenzó a sentirse mal el viernes por la mañana, después de conocer
las declaraciones de un ex subordinado suyo que acreditó con
documentos oficiales de la época la responsabilidad del senador
vitalicio en los asesinatos de la llamada 'Caravana de la muerte',
caso por el cual está a punto de ser procesado como coautor
intelectual.
De acuerdo con la última evaluación médica, la enfermedad fue
controlada, por lo cual los médicos que le atienden decidieron
acceder a que continúe su tratamiento y recuperación en su
domicilio. De esta manera, Pinochet esperará en su casa de campo la
decisión del juez que investiga el caso 'Caravana de la Muerte',
Juan Guzmán Tapia, quien deberá decidir mañana si somete o no a
proceso al ex dictador por su responsabilidad en el secuestro y
desaparición de 75 opositores al régimen militar.
Mientras, el hallazgo de restos humanos en un pozo minero de las
afueras de Santiago, que había sido señalado como el emplazamiento
de una fosa clandestina, podría resolver el caso de seis líderes
comunistas asesinados en 1976. Las osamentas fueron encontradas el
viernes en un lugar llamado Cuesta Barriga, y según dijeron los
peritos forenses a los familiares de los desaparecidos, los restos
tienen entre 20 y 30 años.
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