La potente explosión del coche bomba provocó la ira de los ultraortodoxos israelíes que viven en este barrio.

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EFE-JERUSALÉN Nueve personas resultaron ayer con heridas leves por la potente explosión de un coche bomba en el barrio ultraortodoxo judío de Mea Shearim, en Jerusalén, menos de 48 horas después de que el «halcón» Ariel Sharón fuera elegido primer ministro. El atentado, del que hasta ahora nadie se ha responsabilizado, dio a Sharon una nueva justificación para exigir a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), presidida por Yaser Arafat, que «ponga fin definitivamente a los actos terroristas», como condición para la reanudación de las negociaciones de paz.

Fuentes sanitarias dijeron que sólo una mujer de 65 años resultó herida de carácter leve a moderado, mientras que el resto fueron ser atendidos por sufrir una conmoción. «Se trata de una carga bastante grande, que se encontraba en el maletero del coche. La explosión hizo que el vehículo quedara destruido y sus restos se esparcieron en un radio de 150 metros», dijo el jefe de Policía de Jerusalén, Miki Levy.

Los habitantes de este barrio ultraortodoxo judío salieron inmediatamente a la calle para manifestarse en protesta por el atentado. Cientos de personas, con pancartas en las que podían leerse las leyendas «Muerte a los árabes» o «Queremos venganza, árabes fuera», profirieron gritos de «asesinos, asesinos», mientras otros residentes subieron a las terrazas y tejados de las casas desde donde profirieron gritos.

Sharon, que durante la pasada campaña electoral había prometido a los israelíes no negociar bajo el fuego de las armas, reaccionó ante este supuesto atentado exigiendo a los palestinos el cese de la violencia. «Israel está interesada en continuar el proceso de paz pero ello depende del cese de la violencia y de los atentados terroristas», dijo. «La ANP debe hacer su parte, como se ha comprometido en anteriores acuerdos, para luchar contra el terrorismo», agregó. El líder del Likud también aprovechó para demostrar una vez más la necesidad de formar un Gobierno de unidad nacional, al señalar que «esto es un hecho trágico que nos obliga a unirnos contra el terrorismo».