El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, mostró ayer
una visión optimista del crecimiento de la economía de Estados
Unidos, lo que provocó de inmediato un alza en la bolsa de Wall
Street y una devaluación del euro respecto al dólar. En una
intervención ante el Comité de Banca del Senado, Greenspan calculó
que la economía crecerá este año un 2'5 por ciento, que el
desempleo será del 4'5 por ciento y que el índice del consumo
personal -una medida de inflación vinculada con el Producto
Interior Bruto (PIB)- subirá del 1'75 al 2'25 por ciento.
Durante el 2000 el PIB de EE UU creció un 5 por ciento -el mayor
incremento en tres años-, el desempleo fue del 4 por ciento -el más
bajo en 30 años- y el índice de consumo personal subió un 2'4 por
ciento. Según Greenspan, la economía estadounidense, que en marzo
entrará en su décimo primer año de expansión continua sin
precedentes, tendrá este año un ritmo de crecimiento más moderado
y, por lo tanto, sostenible.
La satisfacción en Wall Street con el optimismo de Greenspan se
hizo notar de inmediato en los mercados financieros, a la espera de
otra reducción de las tasas de interés en marzo. Ante los indicios
de una desaceleración sustancial del crecimiento económico en la
segunda mitad del 2000, la Reserva Federal aprobó en enero sendos
recortes de las tasas de interés de un punto porcentual en total,
medio punto en cada ocasión.
Los inversores están seguros de que habrá otra reducción en
marzo y su única duda es si será de un cuarto o medio punto
porcentual. Una prueba del impacto de la reducción de los tipos de
interés se dio ayer en el informe del Departamento de Comercio, que
mostró un aumento del 0'7 por ciento de las ventas de minoristas en
enero, después de un aumento del 0'1 por ciento en diciembre.
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