Dos palestinos murieron en los graves enfrentamientos ocurridos ayer entre palestinos y soldados israelíes.

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Mubarak y Aznar mantuvieron una reunión de una hora en el Palacio Presidencial de El Cairo con motivo de la visita oficial del jefe del Ejecutivo español, quien, corriendo unas declaraciones del ministro Piqué, se mostró partidario de juzgar al primer ministro electo de Israel, Ariel Sharon, en función de la política que adopte su Gobierno y no de sus declaraciones pasadas.

Respecto a la posibilidad de convocar una nueva reunión internacional en Madrid sobre Oriente Medio con ocasión del décimo aniversario de la Conferencia de 1991, Mubarak señaló que aquella cita sentó las bases y principios del proceso de paz. Sin embargo, puntualizó que en las actuales circunstancias un «Madrid II sería una pérdida de tiempo porque no hay nuevas bases».

«Que eso sea en un sitio u otro es lo menos relevante», indicó, por su parte, el presidente del Gobierno español, quien hizo hincapié en que la Conferencia de Madrid de 1991 forma parte del «acervo» de un proceso que hay que preservar y que en ella se definió el principio de paz por territorios. Aznar señaló que se está ante un proceso muy largo «que, en algún momento, tendrá que desembocar en fórmulas definitivas y estables», y consideró que sería «absurdo que el caudal y el acervo que se ha ido construyendo con tanto esfuerzo y ha puesto a las partes más cerca que nunca, pueda ser destruido, revisado o retroceda a etapas anteriores».

Destacó también que no es «partidario de cerrar la puerta a nadie ni de juzgar por hechos pasados», en alusión a Sharon, con quien se reunirá hoy en Jerusalén en una jornada en la que se entrevistará además con el primer ministro en funciones, Ehud Barak, y con el titular de Asuntos Exteriores, Slomo Ben Amí. Aznar dijo que Sharon tendrá que definir la política de su Gobierno y, en función de ello, habrá que adoptar las posiciones correspondientes, «pero -precisó- no mirando al pasado». Al respecto, el presidente egipcio señaló que los líderes del Likud han hecho declaraciones muy «agresivas e irresponsables», pero indicó que Egipto esperará «a ver qué pasa más adelante».