Védrine pidió ayer a Bush que redefina su política con respecto a
Irak, sugiriendo que la seguida en la actualidad no tiene una
dirección clara y que hay otras formas para poder «controlar» al
presidente de Irak, Sadam Husein.
«Lo que esperamos de la nueva administración es que redefina la
política iraquí ya que hay cosas que no funcionan», declaró el
ministro francés, añadiendo que «la nueva administración de Bush
nos ha indicado que 'reflexiona sobre una nueva política para Irak,
centrada en una seguridad que sea más ligera para la
población'».
«Venimos diciendo desde hace tiempo que no hay bases en el
derecho internacional para este tipo de bombardeos», prosiguió,
expresando su pesar por los malos resultados del embargo impuesto a
Irak «que no va por el buen camino». «Es la población la que
sufre», concluyó.
La Unión Europea, por su parte, representada tanto en la
Comisión Europea como en el Consejo de Ministros, evitó
pronunciarse sobre los bombardeos en Bagdad, ya que las posiciones
de París y Londres son diametralmente opuestas e incluso ayer
Italia se sumó a las críticas por el ataque.
Mientras, el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell,
prepara esta semana su viaje a Próximo Oriente ya que el Gobierno
de Bush se enfrenta a las críticas de países socios en la zona y
las dudas de analistas norteamericanos por su ataque a
instalaciones en Irak.
Bagdad busca el apoyo musulmán y amenaza a Kuwait y
Arabia Saudí
Las manifestaciones contra EE UU y el Reino Unido continuaron ayer
en Bagdad en tono desafiante, mientras la diplomacia iraquí trata
de aglutinar el apoyo de los países árabes e islámicos. Aviones
estadounidenses y británicos también volvieron a patrullar las
zonas de exclusión aérea en el norte y sur de Irak, tres días
después de haber atacado diferentes objetivos en los suburbios del
sur de la capital.
La tensa situación en Oriente Próximo se ha crispado aún más con
el inicio de unas maniobras con misiles de Estados Unidos e Israel.
En el frente diplomático, Bagdad pidió ayer una condena al ataque
de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), que agrupa a
56 países musulmanes de todo el mundo.
El régimen iraquí, además, persiste en su tono de enfrentamiento
a través de la prensa gubernamental, desde la que amenazó ayer a
Kuwait y Arabia Saudí, por permitir utilizar su territorio a
Estados Unidos y el Reino Unido para atacar Irak.
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