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El criminal de guerra nazi Alois Brunner, del que no se sabe si está vivo o muerto, fue condenado ayer en rebeldía a cadena perpetua por «crímenes contra la humanidad» por un tribunal de París. Brunner, austriaco, de 88 años y del que se perdió el rastro en Siria la pasada década, está considerado como el «ingeniero de la solución final» del Holocausto de los judíos por parte del Tercer Reich y como uno de los últimos dirigentes nazis en fuga.

Con el banquillo de los acusados vacío, sin abogado de la defensa y sin jurado, el Tribunal examinó en sólo una mañana la demanda presentada en 1987 por el matrimonio Klarsfeld relativa al envío hacia los campos de la muerte, el 31 de julio de 1944, de 345 niños judíos, cuyos padres ya habían sido deportados.