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EFE-WASHINGTON El presidente de EE UU, George W. Bush, consultará con sus aliados, con Rusia y con China alternativas para reformar el tratado antimisiles balístico ABM suscrito con Moscú en 1972, y poner en marcha un escudo contra misiles de largo alcance. Por entender que el tratado antimisiles balísticos ABM con Rusia está desfasado y representa una política de la «guerra fría», Bush afirmó ayer que no permitirá que el ABM se interponga en los planes de crear el sistema de defensa contra misiles.

El presidente estadounidense indicó que enviará una delegación de alto nivel -que incluirá a los número dos de los departamentos de Estado, Defensa y el Consejo de Seguridad Nacional- a consultas con los aliados europeos y asiáticos. Las conversaciones incluirán a Rusia y China, sostuvo Bush, en un mensaje ante la Universidad Nacional de Defensa, vinculada al Pentágono, en el que ha pretendido dar impulso a su iniciativa para crear un amplio sistema de defensa antimisiles.

Estados Unidos tiene actualmente alrededor de 7.200 cabezas nucleares, frente a las 6.400 que se cree tiene Rusia. Según el tratado START II de 1993, cada país debe reducir sus armas nucleares a 3.500, pero Bush, anteriormente, no descartó dejarlas en un número cercano a 2.000 o 2.500.