A lo largo del día de ayer, el Ejército israelí mató a tres
palestinos. El primero fue un miembro de las fuerzas de seguridad
palestinas, que murió por disparos de soldados israelíes en el
pueblo de Sila Al Harthiya, cerca de Jenín, en Cisjordania. Otro
palestino murió acribillado en el paso fronterizo de Karni. Por
otro lado, un joven de 20 años falleció en Nablús víctima de un
disparo en la cabeza durante los enfrentamientos que se produjeron
después de los funerales de once palestinos que murieron el viernes
por los bombardeos llevados a cabo por aviones de combate. Las tres
muertes de ayer elevan a 559 el número de víctimas en Israel y los
territorios palestinos desde el inicio de la Intifada, el 28 de
septiembre.
Por otro lado helicópteros de combate atacaron ayer la sede de
la Autoridad Palestina y posiciones de los Servicios de Seguridad
en Jenín y Tulkarem (en Cisjordania), provocando heridas en cinco
personas. Además, 16 palestinos resultaron heridos por disparos de
soldados israelíes cerca del campamento de refugiados de Kalandia,
al norte de Jerusalén, según la Media Luna Arabe, pero las fuerzas
israelíes desmintieron estos enfrentamientos. Según fuentes
militares, los palestinos dispararon ayer obuses contra la colonia
judía de Gadit, en el sur de la franja de Gaza, sin causar
víctimas, mientras un artefacto explosivo fue desactivado cerca de
Jizmé, al norte de Jerusalén.
Arafat expresó su descontento antes de una reunión ministerial
de la Liga Arabe que se celebró en El Cairo, al afirmar que «los
aviones militares son utilizados contra nuestras ciudades» y añadió
que «el pueblo palestino no cederá un ápice». En Nablús, el
ministro palestino de Información, Yasir Rbe Rabbo, acusó
directamente a Estados Unidos de ser «el principal responsable de
la agresión israelí», en alusión al bombardeo. La Embajada
estadounidense en Tel Aviv tachó estas acusaciones de
«ridículas».
El atentado del viernes fue reivindicado por Hamás, uno de cuyos
principales líderes, Jamal Salim, prometió ayer que el movimiento
integrista responderá «muy rápido» a los bombardeos israelíes que
mataron a doce palestinos. «La sangre de los mártires no será
vertida en vano. La respuesta vendrá muy pronto», aseguró Jamal
Salim por altavoces a una muchedumbre de varias decenas de miles de
personas que asistieron en Nablús a los funerales de once
palestinos.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Liga Arabe
recomendaron «la interrupción de todos los contactos políticos con
Israel mientras continúe la agresión y el bloqueo contra el pueblo
palestino y la Autoridad Palestina». El nuevo secretario general de
la Liga Àrabe, Amro Musa, calificó como «grave escalonamiento» el
uso por Israel de aviones de combate F-16 en sus ataques contra
Cisjordania y Gaza, y pidió protección internacional urgente para
los palestinos.
Ofensiva diplomática internacional
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, emprendió ayer intensos
contactos diplomáticos con numerosos líderes árabes y occidentales,
involucrados en el proceso de pacificación para Oriente Medio, con
el fin de evitar el agravamiento de la situación. El ministro
francés de Exteriores, Hubert Védrine, señaló que los responsables
palestinos e israelíes deben «acabar inmediatamente y sin
condiciones previas con todas las formas de violencia». El
presidente de EE UU, George Bush, expresó ayer su preocupación por
la situación.
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