Se teme que la medida tomada contra el Partido de la Virtud
dificulte aún más las relaciones de Turquía con la Unión Europea
(UE), a cuyas puertas lleva llamando casi 40 años, y agrave la
crisis económica por la que el país atraviesa desde febrero pasado.
El FP supone el cuatro partido de índole islámica que el alto
Tribunal ha prohibido por su incompatibilidad con el estado laico
constitucional. Los políticos islámicos, acostumbrados a los
cambios obligatorios de nombre de partido, ya tienen en marcha la
creación de al menos una nueva fuerza política, aunque no se
descarta que surjan dos o más partidos de las cenizas del FP.
El presidente de Turquía, Ahmet Necdet Sezer, al regresar al
país de una visita a Rumanía, se limitó a señalar que habrá que
cambiar las leyes para que el Tribunal Constitucional no vuelva a
prohibir partidos islámicos. Sobre el daño que la decisión puede
suponer para las relaciones con la UE, observó que «el tiempo lo
dirá». Sin embargo, ayer mismo el canciller austriaco, Wolfgang
Schuessel, de visita en Turquía, dijo que la UE «no vería con
buenos ojos» la prohibición del FP y agregó: «En una sociedad
pluralista hay que tener mucho cuidado a la hora de suprimir
partidos políticos».
El FP se convirtió en el tercer partido de Turquía en las
elecciones de abril de 1999, cuando obtuvo más del 15 por ciento de
los votos y 111 de los 550 escaños del Parlamento, de los que aún
ocupaba 102 cuando se anunció la decisión del Tribunal. Junto con
la prohibición del FP, tras dos años de proceso, los 11 jueces del
Tribunal quitaron el escaño a dos diputados del partido, Nazli
Ilicak y Bekir Sobaci, cuyas declaraciones y actividades supusieron
el fundamento para la decisión de ilegalizar la formación. El resto
de los diputados del FP quedan convertidos ahora en independientes.
El motivo por el que el Constitucional sólo quita el acta de
diputado a dos es para evitar que se convoquen elecciones
anticipadas.
Seref Malkoc, diputado del FP, afirmó que su partido acatará la
decisión del Tribunal pero agregó: «No sé si la sociedad turca hará
lo mismo». Otro diputado del Partido de la Virtud, Mehmet Ali
Sahin, señaló que Ilicak y Sobaci perdieron sus escaños a causa de
los discursos que pronunciaron ante el Parlamento y durante la
campaña electoral. «¿Cómo se puede hacer política sin expresar las
ideas?», se preguntó Sahin, quien aseguró que «esta decisión creará
problemas para Turquía». Muchos observadores, de círculos políticos
y económicos, expresaron la preocupación de que la prohibición del
FP podría conducir a la necesidad de convocar elecciones
anticipadas. Si más de 20 de los diputados acaban perdiendo sus
escaños, deberán celebrarse elecciones, ya que se habrá superado el
límite de un 5 por ciento de asientos vacíos.
Tanto la frágil coalición tripartita gobernante como los
círculos financieros temen que la celebración de elecciones
anticipadas conduzca a una catástrofe económica puesto que el país
ya lucha con una crisis grave. La prohibición del FP fue criticada
no sólo en círculos islámicos, sino también por defensores del
laicismo, que consideran la decisión desproporcionada.
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