Unas 10.000 personas penetraron anoche en el edificio de la
Asamblea nacional macedonia, tras haber roto los ventanales y las
puertas, gritando «!Salid, traidores!» a los ministros y políticos
eslavos y albaneses que negocian un acuerdo de paz. El presidente
de la república, Boris Traykovski, se encontraba en el edificio
negociando con los jefes de los partidos eslavos y albaneses y se
espera que se dirija a la multitud si la policía logra contener el
asalto.
Horas antes, un grupo de nacionalistas macedonios eslavos habían
detenido la caravana de guerrilleros albaneses evacuados bajo
escolta internacional del pueblo de Aracínovo en protesta por lo
que calificaban de concesión a los terroristas. El jefe de política
exterior de la Unión Europea (UE), Javier Solana, consiguió el
domingo que las fuerzas gubernamentales macedonias interrumpieran
su ataque con helicópteros y artillería contra Aracínovo. Tras el
acuerdo, se ofreció a los combatientes albaneses que se habían
hecho fuertes en esa localidad, situada a menos de 10 kilómetros de
Skopje, la inmunidad durante su retirada hacia el norte. Los
nacionalistas eslavos, que rechazan cualquier posibilidad de
negociación sobre autonomía con «los terroristas albaneses»,
consideran ese pacto una traición.
La caravana había sido detenida por los eslavos a la altura de
Umin Do, localidad situada 4 kilómetros al norte de Aracínovo y
poblada por eslavos y albaneses. Los eslavos de esta aldea
establecieron barricadas en la carretera impidiendo el paso del
convoy, de unos 15 autobuses, mientras se desataban los disturbios
en la capital frente a la Asamblea. La protesta estaba
protagonizada también por policías, que han sufrido víctimas los
pasados meses entre sus compañeros de Cuerpo y que piden a las
autoridades que rompan el alto el fuego a que se llegó bajo
presiones internacionales. El ministro del Interior macedonio,
Liuben Boskovski, se dirigió en vano a los manifestantes antes de
que éstos penetraran en el edificio de la Asamblea macedonia. Los
concentrados exigían hablar con el presidente, Boris Traykovski,
que estaba reunido con los líderes de los partidos políticos
eslavos y albaneses representados en el Parlamento.
Aproximadamente el 25 por ciento de los dos millones de
habitantes de Macedonia son albaneses, que exigen la cooficialidad
de su idioma, universidad en albanés, reparto proporcional de los
cargos públicos y policiales y autonomía territorial. El Gobierno
está dispuesto a negociar sobre la autonomía territorial y sobre la
exigencia albanesa de una Vicepresidencia del Estado con derecho a
veto. Los policías y civiles amotinados contra el Gobierno por
haber pactado «con los terroristas separatistas albaneses»
irrumpieron en el edificio de la Asamblea de Macedonia, pero la
encontraron vacía. Se supone que el presidente macedonio, Boris
Traykovski, y los delegados albaneses y eslavos que negociaban en
ese lugar un acuerdo autonómico, se escaparon ante la virulencia de
los manifestantes por la puerta trasera o por algún pasadizo.
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