La muerte de un oficial del Ejército israelí en la mañana de ayer
en Hebrón, un nuevo y fallido «atentado suicida» en Gaza y la
demolición de 25 casas palestinas en Jerusalén Este vinieron ayer a
desequilibrar más aún el volátil alto el fuego de Oriente Próximo.
La situación se encuentra estos días en un peligroso 'impasse'
después de la falta de determinación de Estados Unidos en imponer a
las partes el cumplimiento de las recomendaciones del Informe
Mitchell. Al menos tres personas resultaron ayer heridas cuando la
Policía israelí procedió a derribar numerosas viviendas en la parte
árabe de la ciudad, en lo que constituye la mayor operación de este
tipo en años.
Estas viviendas, unas 25, se encuentran en el campo de
refugiados de Sho'afat, al norte de Jerusalén, y son consideradas
«ilegales» por el Ayuntamiento. Una decena de excavadoras
protegidas por cientos de policías llevaron a cabo la demolición.
Los tres heridos, todos ellos mujeres palestinas, se produjeron
cuando la multitud intentó impedir los derribos, cuya notificación
había sido comunicada menos de 24 horas antes para impedir la
interposición de recursos. Otras fuentes señalaron la existencia de
al menos seis heridos en estos incidentes. Entre los manifestantes
se encontraban algunos representantes de organizaciones de Derechos
Humanos israelíes que fueron detenidos por la Policía.
Desde la ocupación israelí de la parte árabe de Jerusalén, en
1967, las autoridades han derribado más de 2.500 viviendas
construidas por palestinos en Jerusalén Este y otras 6.000 en el
resto de Cisjordania. Por su parte, el alcalde de Jerusalén, Ehud
Olmert, conocido por su radicalismo anti-palestino, calificó de
«peste nacional» la construcción de casas árabes ilegales y a la
vez se defendió de la acusación de discriminación señalando que su
Ayuntamiento también ha derribado edificaciones ilegales en la
parte Oeste (israelí) de la ciudad.
Sorprendentemente, sin embargo, los datos indican que en los
últimos años no se ha producido ninguna demolición en la parte
israelí de la ciudad, donde, según informes del propio
Ayuntamiento, se produce el 70% de las infracciones urbanísticas.
En otro orden de cosas, un oficial del Ejército israelí resultó
muerto ayer cerca de la ciudad autónoma de Hebrón cuando un
artefacto hizo explosión al paso del vehículo en que viajaba con
otros dos soldados, uno de los cuales también resultó herido.
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