El cerco se cierra cada vez más alrededor del presidente francés,
Jacques Chirac, y personas de su entorno, incluida su hija Claude,
declaran ante los jueces sobre escándalos de corrupción en los que
el jefe del Estado podría estar involucrado.
La atención se centró ayer en Claude Chirac, asesora de
comunicación del presidente, que fue preguntada por los magistrados
acerca de los viajes privados, pagados en efectivo por un supuesto
total de unos 370.000 euros, que entre 1992 y 1995 efectuó el
entonces alcalde de París con familiares y allegados.
La investigación se enmarca en el sumario sobre presuntas
comisiones en la adjudicación de contratos de obras públicas en la
capital francesa, para la supuesta financiación de partidos
políticos cuando el presidente Chirac encabezaba la Alcaldía de
París (1977-1995).
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