La policía del Ulster tuvo que enfrentarse con unos 200 jóvenes nacionalistas.

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EFE-BELFAST Las negociaciones sobre el proceso de paz en Irlanda del Norte continúan estancadas, aunque los representantes de Londres, Dublín y de los partidos de la provincia permanecieron ayer reunidos para superar la crisis. Con la violencia en Belfast como telón de fondo, los negociadores políticos permanecieron reunidos en una mansión de Weston Park (centro de Inglaterra) en torno a una mesa en la que estaban sentados los primeros ministros británicos, Tony Blair, e irlandés, Bertie Ahern.

Los intentos negociadores se producen en medio de la violencia desatada. Ciento trece policías resultaron heridos ayer por enfrentamientos entre las fuerzas del orden y unos 200 jóvenes católicos en Belfast al término de unos festejos orangistas, informó hoy, viernes, la policía norirlandesa. La gran mayoría de los agentes resultaron con heridas leves, pero diecinueve de ellos debieron recibir asistencia médica en un hospital cercano, añadió la fuente. Los disturbios comenzaron en la noche del jueves, pero se prolongaron hasta primera hora de ayer, cuando los jóvenes arrojaron bombas incendiarias contra los agentes en protesta por el paso de miembros de la Orden de Orange junto al barrio católico de Ardoyne (norte de Belfast), al concluir una marcha protestante.

Un portavoz de Downing Street aseguró que Blair no habría acudido a la cita de ayer «a menos que creyera que realmente merece la pena y que cuenta con suficientes expectativas como para que se avance». En el diálogo político participan los partidos norirlandeses favorables al Acuerdo de Viernes Santo, firmado el 10 de abril de 1998. No asisten, sin embargo, las dos grandes formaciones vinculadas a grupos paramilitares protestantes: el Partido Unionista Progresista (PUP), vinculado a la Fuerza Voluntaria del Ulster (UVF); y el Democrático del Ulster (UDP), brazo político de los Luchadores por la Libertad del Ulster (UFF).

El máximo responsable de la policía norirlandesa, Sir Ronnie Flannagan, explicó ayer que su departamento está estudiando la posibilidad de que el Ejército Republicano Irlandés (IRA) esté detrás de los violentos disturbios registrados el jueves por la noche en Belfast. Estos incidentes coinciden con la reanudación de las conversaciones de paz entre los distintos partidos políticos de la provincia para tratar de buscar un sustituto al que fuera ministro principal del Ulster, David Trimble, quien dimitió el pasado 1 de julio tras la negativa del IRA de entregar las armas.