Mientras miles de manifestantes opuestos a la globalización llegan
a Génova por la cumbre de los países más industrializados del
mundo, el presidente estadounidense, George W. Bush, los condenó
ayer diciendo que «no son amigos de los pobres». «Respeto el
derecho de expresión pacífica, pero que no haya error: los que
protestan contra el libre comercio no son amigos de los pobres. Los
que protestan contra el libre comercio se niegan su mejor esperanza
para escapar de la pobreza», dijo Bush en un discurso ante el Banco
Mundial. Sus afirmaciones implicaron un aumento de la retórica del
gobierno de Bush contra las protestas y una muestra de preocupación
por el impacto de las manifestaciones, algunas veces violentas, en
contra la globalización.
En vísperas de viajar a su primera cumbre del G-8 centrada en la
pobreza mundial, George W. Bush pidió ayer que las instituciones
financieras internacionales concedan más donativos y menos
préstamos a los países pobres, e insistió en las virtudes de la
globalización para promover el desarrollo. El presidente
estadounidense presentó las ideas que llevará a la cumbre de
Génova, como la continuación del alivio responsable de la deuda y
la liberalización del comercio, para mejorar la situación de los
países en desarrollo.
Mientras en Italia, con el despliegue ayer del grueso de los
18.000 agentes de los diferentes cuerpos de seguridad, Génova
(Italia) se ha blindado para acoger la cumbre de los líderes de los
siete países mas industrializados del mundo y Rusia (G-8) y las
protestas de miles de manifestantes antiglobalización. Por otro
lado, la policía italiana desactivó en el día de ayer un artefacto
incendiario dirigido contra el grupo 'Monos blancos', uno de los
más activos del movimiento antiglobalización.
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