Dos militantes de Hamás murieron en el bombardeo.

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MIGUEL MURADO-JERUSALÉN El Ejército israelí mató ayer a un destacado militante del grupo integrista islámico HAMAS en la ciudad cisjordana de Belén, al bombardear desde helicópteros su casa, en un ataque en el que perdieron la vida otros tres palestinos. Helicópteros israelíes del tipo «Apache» dispararon alrededor de las 15.30 hora local (12.30 GMT) al menos tres cohetes contra la casa de Omar Saada, situada a unas pocas decenas de metros de la iglesia de la Natividad de Belén. Los cohetes israelíes causaron la muerte a otros tres miembros del Movimiento de Resistencia Islámica (HAMAS) "entre ellos un hermano y un primo de Omar Saada", y heridas a catorce palestinos, dos de los cuales se encuentran graves.

Fuentes militares israelíes, que prefirieron permanecer en el anonimato, dijeron que «los palestinos de HAMAS muertos en Belén se proponían cometer en los próximos días un atentado de grandes proporciones en Jerusalén», situada a unos kilómetros al norte de esa ciudad cisjordana del desierto de Judá. Unas dos horas después del bombardeo, varios palestinos dispararon un proyectil de mortero desde la localidad de Bet Yala, en el distrito cisjordano de Belén, contra el barrio-asentamiento judío de Guiló, en Jerusalén oriental, que causó daños materiales pero no víctimas.

Guiló, un barrio judío construido en territorio ocupado en 1967 junto a Jerusalén oriental y que los palestinos reclaman como parte de Cisjordania, ha sido tiroteado en varias ocasiones a lo largo de la actual «intifada» palestina. Sin embargo, según fuentes policiales, ésta es la primera vez que el barrio es atacado con un proyectil de mortero. En respuesta, el Ejército israelí disparó contra varios objetivos en Bet Yala. Las llamadas «fuerzas nacionales e islámicas palestinas» de Belén se responsabilizaron en un comunicado conjunto del ataque contra Guiló, perpetrado «en represalia por la muerte de los miembros de HAMAS por cohetes disparados desde helicópteros del Ejército israelí».

Añadieron que «ya no existe un alto el fuego», que en teoría habían aceptado las autoridades palestinas e israelíes con la mediación del jefe de la CIA, George Tennet, el pasado 13 de junio, aunque desde entonces murieron alrededor de 40 miembros de ambos pueblos. Respecto al bombardeo israelí, responsables de organismos de seguridad palestinos, que citó Radio Palestina sin revelar sus nombres, dijeron que «esa terrible forma de asesinato demuestra que el Gobierno israelí, que encabeza Ariel Sharón, no está interesado en la paz, sino que continúa su política agresiva». El ataque israelí ocurre un día después de la muerte de dos israelíes en un atentado suicida palestino en la estación de tren de la ciudad de Binyamina, situada al norte Israel.