El movimiento antimundialización que nació en Seattle hace dos años
acabó ayer por encontrar involuntariamente un mártir en Génova
(noroeste de Italia), cuando un joven manifestante italiano, Carlo
Giuliani, murió en los enfrentamiento con la Policía italiana
durante las protestas contra la cumbre del G-8. Aparte, otra joven
manifestante y un carabinero se encuentran igualmente en estado
grave a última hora de ayer en la ciudad portuaria italiana. En el
caso del agente, que ya ha sido operado, su vida no corre peligro.
El joven fallecido se informó, en un principio, que podría ser
español. El panorama en las afueras de la 'zona roja' (decretada
por la Policía) de Génova tras los enfrentamientos es
indescriptible: charcos de sangre, vitrinas rotas, coches quemados,
incluida una furgoneta policial, papeleras, contenedores
destrozados, oficinas saqueadas y enfrentamientos que corrían el
riesgo de prolongarse hasta la madrugada. El balance provisional de
heridos es de unos 120, 35 de ellos policías. Los detenidos se
cuentan igualmente por unos 120. Ocho periodistas resultaron
igualmente contusionados.
El joven fallecido murió de un disparo realizado a corta
distancia por un agente de los Carabinieri, según una serie de
fotografías hechas por un reportero de Reuters y, anoche,
confirmado por el Ministerio de Interior italiano. Las fotos,
muestran a un individuo con una camiseta de tirantes blanca, un
brazalete verde, pantalones azules y el rostro cubierto por un
pasamontañas. En una de las imágenes se le ve de espalda, a escasa
distancia de un vehículo de los Carabinieri, con un extintor en las
manos y gesto de intentar lanzarlo contra los ocupantes. Mientras
tanto, del vehículo aparece una mano que empuña una pistola
dirigida contra el joven, aunque no se ve el rostro del agente.
Otra imagen muestra las piernas del joven bajo el «todoterreno» de
los Carabinieri, con aspecto de haber sido atropellado. En una
tercera fotografía se ve al individuo tendido en el suelo, todavía
con el pasamontañas, en medio de un charco de sangre que procede de
la parte izquierda de su cabeza.
La Policía, que actuó puntualmente al principio y luego de forma
expeditiva, según testigos presenciales, se vio desbordada a media
tarde de ayer, ante una tercera oleada de manifestantes que
acudían, como habían prometido, a «liberar» la 'zona roja' del
centro de la ciudad. En el interior de ese sector, cuyas vallas de
cuatro metros de altura corren el riesgo de convertirse en el
símbolo de esta cumbre, los mandatarios mundiales de las ocho
potenciales mundiales se reunían.
Los incidentes no afectaron en lo más mínimo la agenda oficial
de la cumbre. El portavoz del Foro Social de Génova, Vittorio
Agnoletto, pidió, en una rueda de prensa, «la suspensión del G-8 y
la dimisión del ministro del Interior, Claudio Scajola» e invitó a
los italianos «a participar en la manifestación pacífica», que
tendrá lugar esta tarde en Génova. Las reacciones oficiales
empezaron a caer rápidamente. El presidente de Estados Unidos,
George W. Bush, calificó de «trágica» la muerte del joven, al igual
que los otros líder del G-8. Esta es la primera víctima de las
protestas antimundialización.
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