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Mira Markovic visitó por primera vez ayer a su marido, el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, en la prisión del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia donde se encuentra detenido, y con el que pasó más de cinco horas. Markovic abandonó la cárcel de Scheveningen, a unos dos kilómetros de La Haya, rodeada de un notable dispositivo policial, hecho que impidió cualquier aproximación al vehículo que la transportó a un céntrico hotel de esta ciudad.