Una ciudad blindada y desierta, en un clima de tensión, comenzó
ayer a recibir a los líderes de los países del G-8 que acuden a su
cumbre anual que arranca a partir de hoy y hasta el domingo, al
igual que a las primeras manifestaciones de los grupos
antiglobalización. «Si Génova se encuentra en estado de sitio es
para evitar incidentes violentos», aseguró ayer el ministro
italiano de Exteriores, Renato Ruggiero, al tratar de justificar
las estrictas medidas de seguridad.
Los siete países más industrializados del mundo y Rusia celebran
a partir de hoy su cumbre económica anual en Génova, en la que
tratarán temas tan variados y relevantes como la situación
económica mundial, las divergencias internas surgidas respecto a la
ratificación del Protocolo de Kioto sobre la emisión de gases de
efecto invernadero o el proyecto de escudo antimisiles presentado
por Washington.
Los ministros de Asuntos Exteriores del G-8 se encuentran desde
el lunes en Roma preparando esta importante cita. Junto a los
mandatarios de Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Japón,
Estados Unidos, Canadá y Rusia estarán miles de manifestantes
antimundialización, que intentarán por todos los medios un
desarrollo tranquilo de este importante encuentro. Las
manifestaciones de los movimientos antimundialización, la más
importante de las cuales se celebrará en la tarde del sábado con la
presencia prevista de unas 100.000 personas, amenazan con
convertirse en las auténticas protagonistas de la cita, teniendo en
cuenta lo ocurrido últimamente en reuniones como el Consejo de
Gotemburgo de mediados de junio que puso fin a la presidencia sueca
de la UE, en el que los graves disturbios obligaron a la suspensión
de algunos de los actos a los que debían acudir los líderes
comunitarios y provocaron varios heridos, uno de ellos de gravedad
por los disparos de un policía, y numerosos detenidos.
Por todo ello, las fuerzas de seguridad italianas se encuentran
cercanas a un estado de psicosis que les ha hecho explotar de forma
controlada durante el día de ayer cinco «objetos sospechosos»
localizados en junto a varios edificios representativos, entre
ellos el Consulado General de España en Milán, que finalmente
resultaron ser totalmente inofensivos. En esta misma ciudad se
registraron otros tantos falsos avisos de bomba a lo largo de la
jornada.
Las impresionantes medidas de seguridad adoptadas, que han hecho
de Génova una ciudad sitiada, han obligado a alojar a siete de
estos líderes mundiales en un lujoso barco fondeado en el puerto,
que estará rodeado por más de 15.000 miembros de las fuerzas del
orden, unos 6.000 periodistas y, por supuesto, las decenas de miles
de personas que consideran que no tienen legitimidad democrática
para reunirse. La única excepción a bordo del barco será George W.
Bush, quien por motivos de seguridad "ya que será el líder más
atacado por su negativa a ratificar el Protocolo de Kioto" se
alojará en tierra firme en un lugar aún no determinado. En todo
caso, el principal objetivo de los manifestantes será llegar al
Palacio Ducal del siglo XIII donde los líderes del G8 mantendrán
sus reuniones.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.