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RAFAEL CAÑAS-GÉNOVA Los presidentes de EE UU, George W. Bush y de Rusia, Vladimir Putin, acordaron ayer lanzar el proceso de las conversaciones sobre el sistema antimisiles y la reducción de armas nucleares ofensivas, dos asuntos que han sido vinculados. La consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, viajará a Moscú esta semana para establecer el calendario de las conversaciones.

Bush y Putin acordaron que las negociaciones sobre armas defensivas (creación del sistema antimisiles de EE UU) y ofensivas (reducción de los niveles de armas nucleares de ambos países) se realizarán conjuntamente. «Las armas ofensivas y las defensivas serán discutidas como un todo», anunció Putin tras la reunión que ambos presidentes celebraron en Génova, al margen de la Cumbre del Grupo de los Ocho.

Los dos capítulos «están unidos estrechamente para poder crear un nuevo marco estratégico a favor de la paz», dijo por su parte Bush. Las negociaciones que Rice mantendrá en Moscú establecerán el calendario de reuniones y la composición de los grupos de trabajo, que estarán dirigidos por los ministros de Exteriores y Defensa de ambos países. El Tratado START-II establece que ambos países tengan un máximo de entre 3.000 y 3.500 cabezas atómicas. En los últimos meses se ha avanzado que Estados Unidos podría aceptar bajar esa cantidad hasta 1.500, una cifra que Moscú ha buscado durante años para reducir el elevado coste de mantenimiento que supone para sus Fuerzas Armadas.

Sin embargo, ya en los últimos años del mandato de Bill Clinton, los jefes militares se oponían a una reducción más allá de las 2.000-2.500 cabezas atómicas, pues mantienen que no pueden garantizar la disuasión nuclear con un número menor. A cambio de este fuerte desarme nuclear, Rusia levantaría sus objeciones para que Washington desarrolle su sistema antimisiles, mediante un nuevo acuerdo o pacto que modifique el tratado ABM de 1972.