El documento, presentado en Belfast por el ministro británico para
Irlanda del Norte, John Reid, y el titular irlandés de Exteriores,
Brian Cowen, hace hincapié en que el desarme es una parte
«indispensable» del acuerdo del Viernes Santo, si bien las
propuestas para el plan de paz no ponen fecha al desarme del IRA.
Los partidos, que deberán dar su respuesta para el próximo lunes,
tenían el texto en sus manos una hora antes de que fuera entregado
a la prensa en el castillo de Hillsborough, en Belfast. Además de
la entrega de arsenales, el plan hace referencia a otros puntos
espinosos: la reforma de la policía norirlandesa y la
desmilitarización de Irlanda del Norte.
Según Londres y Dublín, el desarme de los grupos paramilitares
debe resolverse de una manera aceptable para la Comisión
Internacional Independiente del Desarme (IICD, siglas en inglés),
presidida por el general canadiense John de Chastelain. El paquete
también hace referencia a que se cumplirá una paulatina retirada
del Ejército británico del Ulster, uno de los asuntos más
solicitados por nacionalistas y republicanos. No obstante, el texto
puntualiza que esa disminución de tropas dependerá de si hay una
descenso de la amenaza de los grupos paramilitares de la
provincia.
Otro punto solicitado por nacionalistas y republicanos es la
reforma de la policía norirlandesa. Así, las propuestas hablan de
la necesidad de cumplir con esa reforma, conforme a lo que
establece la llamada Comisión Patten, presidida por el último
gobernador de Hong Kong, Chris Patten, y que hace una serie de
propuestas sobre la mejor manera de modificar el Royal Ulster
Constabulary (RUC, policía). El Sinn Fein, brazo político del
Ejército Republicano Irlandés (IRA), ha criticado al Gobierno
británico por aplicar una reforma que no cumple con todo el informe
Patten, que solicita, entre otras cosas, una mayor presencia de
católicos en la fuerza.
Además, el plan establece que se evitará el uso de balas de
plástico en disturbios callejeros, con la «excepción de casos en
que esté en serio peligro la vida humana». Los dos Gobiernos
pidieron ayer a los partidos que, antes de responder, analicen en
detalle el contenido del plan. Asimismo, John Reid advirtió que
nadie debe subestimar las serias consecuencias que puede tener para
el proceso norirlandés un rechazo del plan por parte de los
partidos. Los dos Gobiernos señalaron que se trata de un documento
«equilibrado» que ayudará a superar los asuntos espinosos del
acuerdo de Viernes Santo, firmado en Belfast el 10 de abril de
1998.
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