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El presidente de EE UU, George W. Bush, aseguró ayer que «lideraremos al mundo a la victoria» contra el terrorismo, tras el «acto de guerra» que supusieron los atentados del martes. EE UU «busca el apoyo universal para las acciones que este país tome», dijo en unas breves declaraciones en la Casa Blanca en las que explicó el apoyo que intenta recabar entre dirigentes internacionales. «Estamos ante la oportunidad de hacer prestar servicio a varias generaciones, uniéndonos para afrontar el terrorismo», añadió el presidente estadounidense, quien al comentar su impresión personal de la tragedia no pudo evitar que se le saltasen las lágrimas.

Bush no quiso pronunciarse sobre la marcha de las investigaciones o si éstas apuntan a Osama ben Laden. «No voy a discutir cuestiones de inteligencia, ni cómo la obtenemos ni cuál es su contenido», dijo el presidente, quien también rehusó hablar sobre la información de la Casa Blanca acerca de que él podía haber sido un objetivo de los terroristas.

Bush, quien ayer habló con varios primeros ministros, así como con el secretario general de la OTAN y el príncipe heredero saudí, recalcó la comprensión que está hallando en los dirigentes mundiales. Los demás dirigentes «entienden que se cometió un acto de guerra contra EE UU y que podrían haberlo hecho contra ellos», subrayó. Poco antes, Bush anunció que visitará hoy Nueva York para inspeccionar los trabajos de desescombro y agradecer el arduo trabajo de los equipos de rescate. «Estados Unidos tiene ira contenida», señaló en una conversación con el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, y el gobernador del Estado, George Pataki.

El presidente dijo que visitará esa ciudad después de asistir en Washington a un servicio religioso, ya que ha declarado el viernes (hoy) día de oración y recuerdo por los miles de víctimas de los atentados. «Lloro y estoy de luto como el resto de Estados Unidos», dijo Bush, quien insistió en que ciudadanos y autoridades respeten a las personas de religión musulmana y no les responsabilicen por los atentados. Posteriormente, se desplazó a un hospital de Washington para visitar a algunos de los heridos en el atentado contra el Pentágono y agradecer el trabajo del personal médico y de urgencia.