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AGENCIAS - WASHINGTON Estados Unidos reabrió ayer su espacio aéreo a los vuelos comerciales bajo rigurosas medidas de seguridad que las compañías tardarán en cumplir en su totalidad por la severidad de los controles. Esas medidas de seguridad, que se suman a las 57 recomendaciones que ya hiciera una comisión presidencial hace cuatro años, tienen como objetivo fortalecer el aparentemente debilitado sistema de seguridad en los aeropuertos.

El tráfico aéreo se irá normalizando de forma paulatina y el número de vuelos será reducido. Por el momento, EE UU mantiene las restricciones a la entrada de aviones desde destinos internacionales y sólo acepta aparatos de compañías estadounidenses si cumplen estrictas normas de seguridad, dijeron las autoridades de aviación civil. Alison Duquette, portavoz de la Administración Federal de Aviación indicó, sin embargo, que los aparatos comerciales de aerolíneas extranjeras sí pueden abandonar el territorio estadounidense.

Las medidas de seguridad complican mucho el tráfico, ya que los aeropuertos tendrán muchas dificultades para coordinar de una forma segura al menos 40.000 vuelos diarios en los que viajan habitualmente poco más de un millón de personas.

Las medidas adoptadas son las siguientes: se prohíbe la facturación de equipaje en el exterior de los aeropuertos; antes de la reapertura, los aeropuertos deben hacer un registro completo en sus instalaciones; habrá más policías armados; se prohíbe a los pasajeros llevar cualquier objeto punzante, aunque sea de plástico; suspensión temporal del transporte de correo y cargamento comercial; prohibido el acceso de visitantes más allá de los puestos de control de seguridad en los aeropuertos; habrá registros concienzudos de pasajeros y equipajes, incluso con detectores de metales y explosivos.