14/09/01 0:00
ALEJANDRO FERNÀNDEZ - NUEVA YORK
Las empresas estadounidenses trataban de volver a la normalidad
ayer pese a los costos en infraestructura, logística e incluso
personales que muchas de ellas debieron soportar como consecuencia
del brutal atentado terrorista. Las firmas más afectadas, sin lugar
a dudas, fueron las del ámbito financiero, muchas de las cuales
poseían oficinas en las derruidas Torres Gemelas del World Trade
Center o en alguno de los muchísimos edificios adyacentes al lugar
de la tragedia. Entre ellas, el caso más simbólico y terrible es el
de la correduría de bonos Cantor Fitzgerald, que ocupaba varios de
los pisos superiores de una de las torres.
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