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EUROPA PRESS- MADRID El ministro de Exteriores, Josep Piqué, aseguró ayer que la aplicación del artículo 5 del Tratado de Washington, en virtud del cual un ataque contra un miembro de la Alianza Atlántica permite la respuesta en legítima defensa del resto de los aliados, no obedece a un «mecanismo automático» y que cualquier decisión de ataque por parte de EE UU requerirá las consultas previas de los diecinueve miembros de la OTAN. «No se trata, por tanto, de un mecanismo automático, sino que requerirá una nueva concertación a diecienueve que tendría en cuenta, sin duda, la necesaria solidaridad entre todos los aliados», subrayó Piqué, insistiendo en la idea de que en, este momento, son vanas las especulaciones sobre el tipo de medidas que cabría adoptar.

El responsable de Exteriores detalló en su intervención ante los partidos parlamentarios las medidas de orden práctico adoptadas en el seno de la ONU, de la OTAN y de la UE como reacción a los atentados contra Nueva York y Washington. Piqué asumió ante los diputados el compromiso de informar con total transparencia de todo cuanto vaya sucediendo en los distintos ámbitos de decisión, pidió no adelantar conclusiones sobre un fenómeno tan importante como el sufrido en Estados Unidos y que, a su juicio, conduce a una «nueva situación» en materia de seguridad y pone de manifiesto la «vulnerabilidad» de las sociedades democráticas.

El ministro, finalmente, pidió evitar la idea de que nos encontramos ante una «confrontación entre civilizaciones» y se mostró convencido de la fortaleza de las sociedades democráticas para superar esta situación. El Gobierno no necesitaría la autorización del Parlamento para intervenir en una eventual acción militar de la OTAN si finalmente se aplica el artículo 5 del Tratado de la Alianza y los Diecinueve respaldan la respuesta de EE UU a los atentados cometidos el pasado martes, según explicó el ministro.

Reconoció que la necesidad o no de autorización está generando un debate jurídico, porque, a diferencia de lo ocurrido durante la Guerra del Golfo o la de Yugoslavia, se trata de la primera vez que la Alianza se enfrenta a un supuesto en el que cabe la aplicación del artículo 5 del Tratado. «La interpretación jurídicamente más sólida es la que establece que, en virtud de los Tratados libremente firmados por España, se aplica el principio de legítima defensa y, por lo tanto, no hace falta una declaración formal», subrayó. El Congreso expresó ayer su condena de los atentados y su solidaridad con el pueblo estadounidense.