Una delegación de Pakistán no pudo persuadir ayer a los talibán, en
el poder en Afganistán, para que entreguen al terrorista saudí
Osama Bin Laden, sospechoso de ser el cerebro de los atentados
contra Washington y Nueva York. La primera fase de las
conversaciones entre los enviados de Pakistán y los talibán en la
ciudad sureña afgana de Kandahar, base del líder supremo de esta
milicia, el «mulá» Mohamed Omar, concluyó sin resultados concretos
aunque con el anuncio de que continuarán. Mientras se producían
estas conversaciones, la radio oficial afgana informaba de que Omar
anunciaba que un comité de clérigos del país decidirá sobre el
futuro de Bin Laden.
El tema clave del diálogo afgano-paquistaní es precisamente la
extradición a Washington de Bin Laden para evitar que los talibán
sean objeto de un ataque de Estados Unidos. Sin embargo, el asunto
principal apenas fue tratado en la reunión, según declaró el
portavoz de los talibán, Abdul Hai Mutmaen. «No hubo una discusión
clara sobre la extradición de Bin Laden, pero todos los otros
aspectos relacionados con este asunto fueron detalladamente
discutidos», añadieron las fuentes.
De acuerdo con este portavoz, las dos partes estuvieron de
acuerdo en la necesidad de resolver los «actuales malentendidos
entre Estados Unidos y Afganistán» y se mostraron confiados en que
la situación se normalizará. «Las conversaciones fueron positivas
pero no puedo entrar en detalles», subrayo Mutmaen al término del
encuentro que la delegación paquistaní mantuvo primero con el
ministro de Asuntos Exteriores de los Talibán, Wakil Ahmed
Muttawakil, y después con el «mulá» Omar. Las negociaciones, sin
embargo, no han concluido, ya que de acuerdo con Mutmaen, la
delegación de Islamabad, encabezada por el jefe de los servicios
secretos paquistaníes, Mehmood Ahmed, viajará ahora a la capital
afgana, Kabul, para continuarlas.
Fuentes militares en Pakistán, uno de los tres países que
reconocen el régimen integrista, aseguraron que los talibán estaban
desplegando soldados y armas de guerra en diversos puntos de los
1.400 kilómetros de su frontera con Pakistán. Un portavoz de la
oposición afgana, que apenas controla el 10% del país, declaró que
también se preparaban para atacar posiciones de los talibán tras la
muerte la semana pasada del líder militar de la resistencia Ahmad
Sha Masud. Mientras miles de personas huyen de las ciudades afganas
para escapar de una ofensiva militar estadounidense, los talibán
llamaron a los ciudadanos a estar preparados para la guerra santa y
aseguraron que atacarán cualquier país vecino que ayude a EE
UU.
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